1. Energía sostenida sin picos de insulina
La fructosa tiene un índice glucémico bajo, lo que significa que su consumo no provoca aumentos rápidos de glucosa en sangre. Esto es especialmente beneficioso para deportistas que buscan mantener niveles de energía estables durante entrenamientos o competiciones de larga duración, evitando las caídas bruscas de energía asociadas a otros carbohidratos de absorción rápida.
2. Mejora del rendimiento en deportes de resistencia
Al proporcionar una fuente de energía constante, la fructosa ayuda a retrasar la aparición de la fatiga y mejora el rendimiento en actividades como ciclismo, running, triatlón o natación. Su capacidad para reponer los depósitos de glucógeno hepático es clave para mantener el rendimiento en esfuerzos prolongados.
3. Combinación eficaz con otros carbohidratos
La fructosa se absorbe en el intestino mediante un transportador diferente al de la glucosa. Esto permite que, al combinarla con otros carbohidratos como la maltodextrina, se pueda aumentar la cantidad total de carbohidratos absorbidos por hora sin saturar los transportadores intestinales ni causar molestias digestivas. Esta combinación es ideal para deportistas que necesitan una alta ingesta de carbohidratos durante el ejercicio.
4. Fácil digestión y tolerancia gastrointestinal
Gracias a su absorción progresiva y a su bajo índice glucémico, la fructosa es bien tolerada por la mayoría de los deportistas, reduciendo el riesgo de molestias gastrointestinales durante el ejercicio. Esto la convierte en una opción segura y eficaz para mantener la energía en actividades de larga duración.